La desaceleración del crecimiento de las exportaciones en los últimos meses y el enfriamiento del mercado inmobiliario, son algunos de los indicios que apuntan a un ritmo más lento de expansión de la economía mundial que se ralentizará en forma notoria durante 2009.
Se supone que esto dañaría las perspectivas del crecimiento chileno, como la demanda global por metales y materias primas al sector exportador nacional será afectado por la consecuencia de la crisis financiera mundial, en especial a los productos manufacturados que van a Estados Unidos y Europa, porque están restringiendo el consumo de productos que no son parte de la canasta básica de alimentos. Por miedo a la incertidumbre en el futuro, los ciudadanos de otros mercados prefieren no gastar para no endeudarse.
Se espera que los mercados asiáticos no entren en recesión, pues una situación de este tipo generará una crisis interna sin precedentes, afectando fuertemente la productividad y el empleo. Esto debido a que los consumidores, especialmente la clase media de China, Asia y la India en general, ya están sintiendo el efecto mundial. Por otro lado, y según la opinión de expertos, se anticipa que, al igual que otros países de la región, con economías basadas en commoditties, la baja en la demanda de nuestras exportaciones, y el desplome del precio del cobre, que se ha convertido en un verdadero “tobogán”, harán que nuestro país sienta una merma importante en la exportación de materias primas, en especial por la desaceleración de la economía mundial.
En relación a los grandes mercados como China e India, no sabemos si el boom de sus economía sobrevivirá a la crisis mundial, ya que sus habitantes aún consumen muy poco y no podrían absorber lo que dejarán de comprar los estadounidenses, canadienses, japoneses y europeos, que son los más afectados por esta crisis, lo que causa mucha preocupación en el país, porque gran parte de nuestras exportaciones se dirigen a esos países, por lo que se sentirán sus efectos en la economía real, empresas de exportación y pymes nacionales.
Tampoco se sabe si el boom económico de los países emergentes sobrevivirá a la crisis mundial, el problema principal ya no es el precio de los alimentos, la alta inflación, volatibilidad de los mercados, crisis inmobiliaria, el precio del petróleo y la energía, sino la caída de sus ingresos y el desempleo.
Según observamos, a principios del 2009 se visualizarán las primeras señales de una desaceleración de las exportaciones de una canasta básica de materias primas.
domingo, 11 de enero de 2009
José Luis Gallego C.
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