La Comisión divulgó este verano la edición de 2005 de Cifras clave de ciencia, innovación y tecnología en Europa. El diagnóstico de estancamiento es especialmente inquietante y compromete la estrategia de Lisboa, que pretende que la inversión en I+D de la Unión Europea pase del actual 1,9 % del PIB al 3 %. De 2000 a 2003 este porcentaje apenas ha subido un 0,2 %. Además de las comparaciones habituales con los Estados Unidos y Japón, las Cifras clave de 2005 establecen la diferencia significativa que se puede establecer con la potencia emergente de China. Este país parte con una «intensidad en I+D» mucho más baja (1,31 % de su PIB en 2003), pero este índice crece en un 10 % anualmente.
El estancamiento se explica en gran parte por una disminución de las inversiones de investigación de las empresas europeas, con una tendencia de estas últimas a «deslocalizar» sus gastos en esta área. Se constata así, globalmente, que el déficit de los flujos financieros UE-EE.UU. relacionados con la I+D ha pasado, entre 1997 y 2002, de 300 millones a 2 000 millones de euros.
Si sigue esta caída de atractivo de Europa para las actividades de investigación, «la UE va a perder su oportunidad de posicionarse como un actor de primer plano en la economía mundial del conocimiento», ha advertido el Comisario Janez Potočnik, responsable Ciencia e Investigación, al comentar estos nuevos indicadores.
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